Relatos de terror.

martes, 1 de abril de 2014

Vivir con miedo; mi experiencia con el bullying.

Hoy en día, el bullying está a la orden del día, raro es la persona que no lo sufra. El bullying en pocas palabras, es acoso escolar, hay muchos niveles, la típica broma de un día, pero que se queda en la memoria para siempre, hasta el pegar palizas cada día. 

Yo, he sufrido bullying, por suerte, no he caído en depresión gracias a que tenía amigos de verdad a mi lado, os contaré un poco lo que he pasado.
Todo empezó cuando comencé la ESO, vino una chica nueva a mi clase, ya sabéis, la típica chica mala, que todo el mundo teme y nadie se atreve tan siquiera a retarle con la mirada, yo la conocía de bastantes años atrás, pues vi como pegaba y humillaba en la calle a una niña de unos siete años, no hice nada por esa niña, pues tendría unos nueve-diez años, y tenía miedo, era una niña, y hoy me arrepiento de no haber sacado la cara por esa niña. 
Los días en clase eran normales, yo no hablaba con dicha muchacha y ella en ocasiones me miraba mal, pero pasaba bastante, la verdad. Hasta que llegó el día. Yo siempre he sido muy alta, actualmente mido 1'76 aproximadamente y tengo 16 años, siempre he sido alta, siempre, y claro, con esa medida no voy a ser un palillo, según mi médico, tengo el peso ideal para mi estatura, pero es obvio que no voy a pesar lo mismo que una chica que mide 1'65. Pues me veo grande en todos los sentidos. Como decía, llegó el día en el que me tocó a mi escuchar típicos insultos como ''gorda'', ''ballena'' y demás, dolían, y ahora los recuerdo y no puedo evitar soltar un par de lágrimas, esas palabras llegaban al alma. Repetí primero de la ESO y esa muchacha también, otro año con ella. Mis compañeros pasaron a segundo de la ESO, mis amigos pasaron, y me enfadé con mi mejor amiga por una tontería, ¿resultado? estaba completamente sola. Los insultos fueron a más, mi mote fue 'Falete', os explico el porque; como ya he dicho, era y soy grande en todos los sentidos, y por esa época iba vestida como muy marimacho, una época como cualquier otra. Y así quedó mi mote.
La muchacha siguió insultándome, ''gorda'', ''adelgaza'', ''¿has visto el terremoto de Japón? lo has provocado tú'', palabras, que hieren, y con ella, se sumó toda la clase, me sentía sola, estaba sola. Me tiraban bolas de papel con dibujos, con amenazas, me sentaba siempre en el último sitio, callada, intentando no llamar la atención, cada vez faltaba más a clase, tenía miedo de ir, no quería ir. El curso acabó y por circunstancias económicas me tuve que mudar con mi familia a un pueblo a treinta kilómetros de mi ciudad, todo genial, ¿qué mejor que un nuevo instituto para empezar de cero? pensaba. La primera semana fue genial, conocí a dos chicas de mi pueblo excepcionales, y las chicas de mi clase, todas y cada una son geniales y maravillosas, la primera semana me fue muy bien, todo con calma, todo bien, los años de bullying se acabaron, pensaba. Pero no, pasó una semana, y de nuevo, comenzaron las pullitas, primero porloteaban a mis espaldas, luego, comenzaron a decírmelo a la cara. Nunca se me ha dado bien eso de responder insultando, ya que, no me gusta hacer daño a la gente, y me quedaba callada con la cabeza gacha, todo el instituto me miraba como un bicho raro, excepto las chicas de mi clase y las dos muchachas de mi pueblo, siempre que estaba con las muchachas de mi pueblo, ellas, sacaban la cara por mi, y eso, es de agradecer, y mucho. Un chico de mi pueblo, que justo iba a mi clase y era mi vecino ¿para qué pedir más? En el autocar me hacia la vida imposible, había ocasiones en que me dejaba en paz, pero otras, se cebaba conmigo y no solo él, sino también su secta de amigos, me callaba y miraba por la ventanilla con los cascos puestos, haciendo ver que no los escuchaba, pero lo hacia, claro que lo hacia, intentaba tragarme las lágrimas y deshacerme el nudo de mi garganta sin llorar, cosa imposible. De camino a mi casa, intentaba ir lo más rápido posible para evitar que él fuera detrás de mi, ya que cuando lo hacia, se dedicaba a tirarme piedrecitas acompañadas con insultos y deseando que desapareciera, al llegar a mi casa, me deshacía en un mar de lágrimas, sola en mi habitación, no quería preocupar a mi madre, suficiente tenía con lo que tenía, me guardaba mi dolor para mi. Y así, día tras día, llegué al punto de darme asco, de repugnarme, de no poder ni mirarme al espejo sin llorar, llegué al punto de meterme los dedos para vomitar después de cada comida, llegué al punto de no querer salir de mi casa, de llevar una chaqueta en pleno verano por no querer enseñar mi cuerpo, de tirar pantalones cortos, de no comer, llegué a puntos muy extremos. 

Salí de esa mierda gracias a mi mejor amiga, mi hermana, mis fuerzas, me dio las fuerzas que necesitaba y salí. Las cosas fueron mejor económicamente, y volví a mi ciudad. 
Desde entonces, nunca más he vuelto a escuchar la palabra ''gorda'' dirigida hacia mi. 

Con esto, no quiero dar pena, pues ya lo he superado, con esto, quiero que recapacitéis, si alguien os hace bullying, no os calléis, no lo sufráis vosotros solos ¡hablad!, revelaros, luchad, sacad vuestros cojones/ovarios y plantarles cara. Y si conocéis de alguien que sufre bullying, ayudarle, no temáis a que vosotros también sufráis bullying, pues todos juntos se derriba al maltratador. Y si eres tú el que hace bullying, recapacita, y piensa en el dolor que le estás dando en pequeñas dosis a esa persona, lo que puede llegar a sufrir esa persona por simples palabras. Piensa antes de actuar, todo el mundo tiene sentimientos. 

Somos personas, sin diferencia alguna las unas de las otras. 

Os presto mi ayuda para lo que queráis, a la derecha tenéis mis redes sociales y aquí os dejo mi hotmail. 

rosa.rita10@hotmail.com 

Muchas gracias por leerme, y si necesitáis ayuda, aquí estaré. 

Un beso y un abrazo enorme. 

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